Saturday, April 24, 2010

Tuesday; An Art Project

Tuesday; An Art Project is an independent literary journal that published biannually. Tuesday is very keen on letter pressing it artists’ works on to individual note cards. Tuesday accepts submissions of poetry, art and photography. As far as aesthetics are concerned the editors only ask for “your favorite poems. What else could we ask for?” Reading through the journal Tuesday is varied in the type of poems they take, there is no one type of poem that they take. Some of the poetry is experimental, others are prose, free verse, ekphrastic, etc. As far as submission guidelines are concerned Tuesday requires the following: 5 unpublished poems, in most cases no longer that 70 lines, must be submitted as a word document or RTF with name and poems (alechugapoems.doc) with a footer on each page with name and contact information. The link to submit is submit@tuesdayjournal.org or if you wish to contact them by mail:
Tuesday; An Art Project
P.O. Box 1074
Arlington, MA 02474
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Wednesday, April 21, 2010

Hechizo seco, de Kevin Young


The Dry Spell, en inglés, lo encuentras abajo)
Por Margarita Ruiz-Soto

Cuando no perteneces a un país, a una cultura, a una región, tu lectura de piezas poéticas como The Dry Spell, de Kevin Young exige proyectar sobre el texto los límites de tu propia historia (Tu propia ignorancia podrían decir algunos). Kevin Young (1970, Lincoln, Nebraska) se conoce como poeta del Blues y muchos de sus poemas reposan en la horma acústica de esta tradición.
La poeta Lucille Clifton dijo “El talento que tiene Young para narrar y entender la música inherente a la tradición oral de la lengua recrea para nosotros una historia íntima, tan poderosa como auténtica y norteamericana” (La traducción es nuestra; el texto fue tomado de www.poets.org)
EL poder cultural y familiar de la comida; la textura del clima estacional y el ritual del vestir al compás de los vientos locales y personales; el hábito amoroso de los cuerpos. El ciclo primigenio de regar y ser regada; la mirada del tercero, el poeta que atisba, que se deleita en la cadencia de los días, y se comprende en la tradición de sus mayores. (Allá el Blues; aquí sus abuelos).
Una voz narrativa en tercera persona, interpelada por el yo del poeta (“so can I”, tercera línea en la tercera estrofa) que se diluye en la palabra del abuelo. Tres estrofas; tres sucesos; tres presencias. Podríamos decir entonces que es un poema trinitario. Cielo y Tierra se bisquejan, de cuya unión provienen la semilla y la prole humana. Linaje, fluir de una historia que se continúa.
Volvemos al inicio: Young inscribe el jadear de sus versos en la corriente de celebración de la tradición a la pertenece. Y para lograrlo es abismalmente actual. Su lírica en Jelly Roll : A Blues (2003) es la evidencia. Actualidad que escapa a mi comprensión, su literalidad anglosajona desborda mi parco bilingüismo. Por ello les deseo con la mejor de las lecturas, aquella limpia de mi palabrear.

Abril 20 de 2010
Margarita Flora Ruiz-Soto
El Paso, Texas.

The Dry Spell
by Kevin Young


Waking early
with the warming house
my grandmother knew what to do
taking care not to wake
Da Da she cooked up a storm
in darkness adding silent spices
and hot sauce

to stay cool. She ate later, alone
after the children had been gathered
and made to eat
her red eggs. Da Da rose
late, long after
the roosters had crowed
his name, clearing
an ashy throat
pulling on long
wooly underwear
to make him sweat

even more. The fields have gone
long enough without water
he liked to say, so can I
and when he returned
pounds heavier
from those thirsty fields
he was even cooler
losing each soaked
woolen skin
to the floor, dropping
naked rain in his
wife’s earthen arms.
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Tuesday, April 20, 2010

La música de Kevin Young

Oscar Godoy Barbosa


El blues, esa música que encuentra sus raíces en África pero nació en América para expresar la angustia, la tristeza, el desamor, la decepción, la frustración y la rabia de los trabajadores negros, y que ha entrado a formar parte de la cultura occidental contemporánea en muy diversos géneros y subgéneros, es el ritmo que colma los poemas de Kevin Young en su libro Jelly Roll: A Blues.
El título del libro parece ser un homenaje a Jelly Roll Morton, reconocido pianista, compositor y cantante nacido en Louisiana, pero curiosamente son pocas las referencias que se hacen a este artista en los poemas. En lugar de eso, Kevin Young cuenta historias oscuras, explora sus sentimientos de rabia y decepción, o de exaltación amorosa, y captura el espíritu de esa música que seguramente hace parte de su formación como ser humano y como poeta.
¿Cómo se hace presente el blues en los poemas de Young? Lo primero que salta a la vista es la estructura escogida para darles forma. Cakewalk, Dixieland, Siren o Jive, por ejemplo, llaman la atención por su armado a partir de couplets (estrofas de dos líneas), con líneas muy breves pero cargadas de significado:

I want the spell
of a woman –her

smell & say –so-
her humid

hands and seek –zombied-
The bayou

(Dixieland)

A pesar de las líneas cortas, o como resultado de ello, Young acepta y da forma a una idea constante de encabalgamiento (“enjambment”) entre las líneas, aún si conforman estrofas separadas. Con este recurso, la tensión se mantiene tanto en el nivel horizontal (la fuerza de la línea) como en el nivel vertical, con una palabra que no se interrumpe y un interés constante que pasa de una línea a la siguiente. Al mismo tiempo, la separación en couplets marca una pausa reiterada, una especie de cadencia, un compás que el lector siente de inmediato. Música.
El logro musical de la forma se complementa íntimamente con los temas de cada poema, que son los mismos que han alimentado al blues desde siempre. Dixieland, por ejemplo, hace referencia a una especie de ritual en el que un hombre y una mujer se sumergen en un pantano y son encontrados luego por la policía; Cakewalk alude a ese estado de encantamiento que acompaña el sentimiento amoroso, siempre al borde de la fatalidad; Jive narra una situación de acoso de un ciudadano negro por parte de la policía; Can Can juega con las palabras de origen africano y la identidad, y Siren alude a las angustias del fuego y el incendio.
Son exploraciones en muy diversas direcciones, miradas del poeta hacia sí mismo y hacia las realidades (objetivas y subjetivas) de su entorno. Pero con un elemento que las cohesiona y sin ninguna duda las hace trascender: la música.
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