Wednesday, March 3, 2010

Aullido

Aullido.

Allen Ginsberg

Es bastante difícil tratar de escribir algo novedoso de un poema que ya mucha gente con antelación, y mejores argumentos, analizó antes que uno. Así que de una vez, si usted se encuentra leyendo esto, queda advertido, tal vez no vaya a encontrar nada nuevo.

En la lectura de la traducción hecha por Rodrigo Olavarría del poema “Howl” del escritor Allen Ginsberg, pude encontrar muchas similitudes con un libro que, al igual como pasó en la época en que salió éste texto, retrató y revolucionó (me refiero a una revolución de esas chiquitas) a una generación particular. El libro al que me refiero se llama “Opio en la nubes” del escritor colombiano Rafael Chaparro Madiedo. “Opio en las nubes”, al igual que “Howl”, fue la radiografía de cierta parte de una generación que, como en todas las últimas generaciones, han querido “romper un molde”, salirse del esquema que la sociedad a cada uno le otorga la suerte y que sin querer queriendo se cultiva con paciencia y esmero. Y un sentimiento de culpa. Y de rabia y de impotencia.

Sería difícil, tal vez un poco inútil, tratar de resumir la trama de ambos textos en un reglón y medio. Sería difícil porque en ambos textos, aunque en un principio no parezcan muy visibles, tienen un trama fraccionada por cantidades de imágenes la cual cada una en sí misma contiene una subtrama. Yo veo la estructura de este poema y de este libro como dos álbumes de fotos de alguien que con una cámara estuvo ahí en el momento indicado para congelar desde el momento más feliz hasta el más triste de su cercano mundo.

“Sólo existe el presente y punto. El presente es ya, es un techo, una calle, una lata de cerveza vacía, es la lluvia que cae en la noche, es un avión que pasa y hace vibrar las flores que Amarilla ha puesto en el florero, el presente es el cielo azul, es una gata a la que le digo eres cosa seria y ella me responde sí, soy cosa seria, mierda, el presente es un poco de whisky con flores, es esa canción con café negro, es ese ritmo con olor a tomate, ocho de la mañana, techos grises, teticas con pecas, nada que hacer I want a trip trip trip mierda que cosa tan seria. “

Pg 96. Opio en la Nubes.

Hay una evidente relación en cuanto al tratamiento de la temática de este texto citado en comparación con la primera parte del poema de Ginsberg. Hay apartes de “Howl” muy cercanos a la prosa en la que se vale de líneas más largas cargadas de una tensión y un ritmo necesario para los clímax que describía:

(…) que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver -regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal (…)

(…) que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta (…)

Los dos en apariencia, en forma, son versos en prosa, pero no dejan de perder la esencia poética.

En la segunda parte del poema “Howl” encontramos también algunas similitudes con “Opio en las nubes” pero de una manera más general. Se puede distinguir en este fragmento del poema que es un desarrollo más agresivo, más bulloso, estridente de la idea que venía tratando en la primera parte. Es como su nombre lo indica, y como seguramente mucha gente lo habrá dicho, un aullido. El chofi es un puñal. La cercanía que tiene este frente a opio en las nubes es que el libro, en su conjunto, en su naturaleza misma es otro aullido (Y esto también lo ha dicho mucha gente).

Finalmente en la última, y más pasiva, parte del poema, el autor se muestra en una faceta mucho más reflexiva pero al mismo tiempo punzante y sin desligarse de la intención central del poema.

(…) Estoy contigo en Rockland
Donde te burlas de los cuerpos de tus enfermeras las arpías del Bronx
Estoy contigo en Rockland
Donde gritas en una camisa de fuerza que estás perdiendo el juego del verdadero
ping pong del abismo
Estoy contigo en Rockland
Donde golpeas el piano catatónico el alma es inocente e inmortal jamás debería
morir sin dios en una casa de locos armada
Estoy contigo en Rockland
Donde cincuenta shocks más no te devolverán nunca tu alma a su cuerpo de su
peregrinaje a una cruz en el vacío
Estoy contigo en Rockland
Donde acusas a tus doctores de locura y planeas la revolución socialista hebrea
contra el Gólgota nacional fascista
Estoy contigo en Rockland
Donde abres los cielos de Long Island y resucitas a tu Jesús humano y viviente de la
tumba sobrehumana
(…)”

Por su parte en “Opio en las nubes”:

Kilómetro 20

Highway, mi amor

Encendiste la máquina de hacer los días

Y no sé cómo pararla

He intentado con los silencios, con los ruidos

Con las palabras, con la lluvia

Con la llave número 13

Highway, mi amor

Encendiste la máquina de hacer los días

Y no sé cómo pararla

Highway, mi amor

Prefiero las máquinas de hacer pájaros.

Página 155.

Son evidentes entonces las similitudes en ambos textos, en cuanto a la temática en cuanto a son retratos de una generación particula, la forma de expresarla esa realidad, en un álbum de fotografías.


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