Adagio
-Entonces qué ¿me vas a seguir amando?.
-Sí, yo te amo, ¿y tú?.
-No.
La cascada adornaba cuesta abajo. Poco encajaba aquella noche , empero, yo veía perfección en cada línea.
Ordené a los sentidos reacomodar el escenario. Las nubes si alcanzaban mis ojos pero a él parecía sobresalirle la cabeza,
daba la espalda a la caída del agua mientras...